Bienvenidos a la segunda parte de nuestro blog sobre la ansiedad. Vamos a hablar hoy de la crisis o ataque de pánico. Conoceremos  sus  síntomas y veremos que, en realidad, no son tan terribles como parecen.

Ataque de pánico 

Un ataque de pánico o ansiedad se caracteriza porque el individuo se ve aquejado de una serie de síntomas físicos que le llevan a pensar que algo malo le está pasando. Llegando, en algunos casos, a creer que va a enloquecer o incluso que se va a morir.

Síntomas de un ataque de pánico

Hay que tener en cuenta que en un ataque de pánico no tienen por qué presentarse todos los síntomas que vamos a describir a la vez. Solo con que se den cuatro de ellos podemos ya hablar de una crisis o ataque de pánico.

  • Dolor en el pecho.Cocinero sufriendo un ataque de pánico
  • Palpitaciones.
  • Mareos.
  • Hormigueo o entumecimiento en las extremidades y cara.
  • Sentimiento de irrealidad.
  • Sensación de asfixia.
  • Nauseas.
  • Sudoración.

Síntomas todos ellos que nos pueden llevar a la errónea conclusión de estar sufriendo un ictus, un ataque al corazón, estar enloqueciendo, etc.

Es importante que tengamos claro que todos estos síntomas, tan aterradores para la persona que los padece, no son en realidad tan terribles como nos puedan parecer. Según la Dra. Yolanda Martinez, el cuerpo humano tiene una capacidad increíble de adaptación y se encargará de restablecer todas las funciones alteradas y devolverlas a la normalidad. Este conocimiento es de vital importancia para las personas que sufren un ataque de pánico. Porque sabemos ahora que nada malo nos va a suceder. Con la certeza de que no vamos a morir, ni ahogarnos, ni vamos a volveremos locos, ni nos dará un ictus, podremos llevar estos ataques de una forma menos temible y traumatica.

Vamos a ver algunos de estos síntomas y las causas que los producen para entender mejor que nada grave nos está realmente pasando y dejar así de tenerles miedo.

¿Qué provoca estos síntomas que nos inducen al pánico?

“Me esta dando un ictus…”

Según la Dra. Yolanda Martinez, durante un ataque de pánico la respiración se vuelve más agitada (más rápida y superficial) produciéndose una hiperventilación donde el equilibrio entre el oxígeno y el anhídrido carbónico se desajusta (descenso de dióxido de carbono en sangre). El pH de la sangre se vuelve alcalino y todo ello provoca que el oxígeno, fuente de energía, no llegue bien a las extremidades de nuestro cuerpo; pies, manos y cara. En este caso, sentimos hormigueo, debilidad muscular y mareos que podemos confundir con un “ictus”.

“Estoy a punto de sufrir un ataque cardíaco…Se apodera de mi el pánico”

Debido aDolor en el corazón causado por una crisis de pánico dicha hiperventilación se producen también gases que se acumulan en el estómago oprimiendo el corazón causando dolor. Esto, asociado a que los latidos cardíacos se aceleran, da lugar a la errónea creencia que se está sufriendo un ataque al corazón.

“Me estoy volviendo loca …”

Otra característica en un ataque de pánico es que se afina la percepción. La persona tiene una sensibilización mayor de sus diferentes sentidos. Se produce una visión periférica que deforma la realidad lo que le hace creer que se está volviendo loca.

En algunas ocasiones, la persona tiene la sensación de irrealidad. Sufre una despersonalización, una desrealización en la que percibe el mundo como algo irreal y extraño. Es como si lo viera desde fuera. Como si no perteneciera a él. Pero todos estos síntomas son el resultado de la respuesta primaria de nuestro cuerpo ante un peligro externo que al haberlo interiorizado y no tener una explicación razonable, nos aterroriza y nos hace creer que estamos enloqueciendo. Si el peligro fuera real entenderíamos que la mente actuara de este modo para evitar que las situaciones nos sobrepasen y poder de ese modo tomar decisiones frías y calculadas que pueden salvarnos la vida. Pero al no existir ese peligro externo (ya que el problema está en nuestro interior), creemos que nos estamos volviendo locos.

“Me ahogo…”

Otro de los síntomas descritos es la sensación de ahogo.Tenemos dificultad para tragar y nos angustia enormemente. El motivo es simplemente que el organismo deja de producir saliva lo que dificulta el acto de tragar.

TRANQUILICÉMONOS. NADA MALO NOS ESTÁ PASANDO. ES SOLO UNA CRISIS DE PÁNICO

Como veis, la naturaleza es sabia y la capacidad de adaptación del ser humano es tremenda. Deshagámonos de la pesada carga del miedo que acarrea la crisis de ansiedad con la certeza de que nada de lo que creemos que nos va a pasar es cierto. Tratemos de encontrar una solución a nuestros problemas de ansiedad intentando identificar que se trata de una crisis de pánico. Y pensemos firmemente que algo realmente funesto no nos va a suceder.mujer con el pulgar levantado. Adiós al pánico.

Teniendo esto claro, sabemos ahora que podemos seguir con nuestros quehaceres diarios. Si sufrimos un ataque de pánico mientras estamos haciendo la compra en el supermercado, pensemos que no nos vamos a morir. Que podremos seguir con la compra. Y, lo más importante, que la crisis pasará. Este conocimiento, esta seguridad de que nada malo nos va a suceder, disminuirá nuestro sufrimiento notablemente ya que dejaremos de alimentar la ansiedad con nuestro propio miedo.

En el siguiente blog vamos a conocer algunas de las herramientas terapéuticas que nos ayudarán a librarnos de la ansiedad. ¡No os lo perdáis!

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