Hoy en día viajar se ha convertido en uno de los pasatiempos favoritos de miles de personas en todo el mundo. ¿Y por qué no debería ser así? Viajar no solo es divertido. A parte de ser una aventura, se ha descubierto que ¡tiene beneficios para nuestra salud!
Según diversos estudios científicos, hay varias razones por las cuales viajar mejora nuestra salud:
VIAJAR REDUCE EL ESTRÉS
Aunque pueda parecer que viajar es estresante, planificar, maletas…, etc. Ayuda a reducir el estrés. ¿Cómo es eso posible? Viajar desconecta, te hace olvidar todos tus problemas del mundo real y te saca de la rutina. El romper con todo hace que tu mente se relaje.
VIAJAR APORTA UN MAYOR BIENESTAR EMOCIONAL
La reducción del estrés lleva a un mayor bienestar emocional. Cuando tenemos estrés prolongado o crónico nuestras defensas disminuyen, contraemos más enfermedades y hay más probabilidades de caer en depresión. Según un estudio realizado por investigadores de Arizona, las mujeres que se toman más vacaciones están menos tensas, cansadas, deprimidas y tienen una mejor relación matrimonial que aquellas que no lo hacen.
CEREBRO Y VIAJAR
Nuestras neuronas pueden crear nuevas conexiones a lo largo de nuestra vida, por eso es importante forzar a nuestro cerebro para afrontar nuevas situaciones. Tales como acomodarse a un paisaje, planificar rutas, conocer gente, hablar otros idiomas, experimentar sensaciones… Es más, el estimular nuestro cerebro ayuda a prevenir enfermedades mentales como el Alzheimer.
CORAZÓN MÁS FUERTE Y SANO
¿Seguimos con más ventajas de viajar? Un estudio realizado en Estados Unidos demuestra que viajar reduce el riesgo de padecer un infarto de miocardio, sobre todo en personas mayores. Se comprobó que los hombres que viajan tienen un 21% menos riesgo de sufrir un ataque al corazón. Viajar supone un movimiento constante, casi se podría considerar un ejercicio teniendo en cuenta que requiere un cuerpo activo y hábil. Como bien sabemos, el ejercicio ayuda a mantener nuestro corazón en forma. Pues el viajar actúa de una forma muy parecida, ya que cuando viajamos estamos ejercitando nuestro cuerpo mientras andamos, cargamos con las maletas, nos desplazamos… También influye el estrés. El estrés es un factor muy importante que conlleva a un mayor riesgo de infarto, si el viajar reduce el estrés, consecuentemente se reduce el riesgo de infarto.
AUTOESTIMA SÓLIDA
Viajar representa afrontar nuevos desafíos: conocer personas, adaptarse a un lugar desconocido, desplazarse… Y cuanto más lejos está el destino, mayor es el desafío, ya que nos enfrentamos a costumbres y culturas más distintas, idiomas más desconocidos… Todas estas experiencias son las que nos crean como persona. Según el célebre neurocientífico Antonio Damasio, nuestras acciones pasadas crean una parte del Yo neural, es decir, que nos van formando nuestra persona y la propia opinión que tenemos acerca de nosotros. Esto ayuda, no solo a dar envidia sobre nuestras aventuras contando nuestras anécdotas y recuerdos, si no a reforzar la confianza en uno mismo.
MAYOR AMPLITUD PARA AFRONTAR PROBLEMAS Y ACOPLARSE A LOS CAMBIOS
Siempre hemos oído que mucha gente viaja para encontrarse a sí mismo y huir de sus problemas. Pues es cierto. Como ya sabemos, el acoplarse a los cambios te acaba moldeando esa parte del Yo. Al descubrir nuevos mundos y nuevas situaciones ves tus problemas desde otro punto de vista, incluso algunos llegan a desaparecer o te das cuenta que no son tan importantes como creías.
VIAJAR Y FELICIDAD
Según los estudios del psicólogo Thomas Gilovich, catedrático de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, viajar proporciona mayor felicidad que comprar cosas. Esto sucede porque los recuerdos y las experiencias brindan un placer y bienestar a largo plazo, mientras que las compras sólo aportan la sensación del momento. También, las experiencias previas al viaje son mucho más intensas que las previas a realizar una compra, ya que se suelen liberar más endorfinas. Las experiencias mejoran las relaciones sociales, se valoran más las propias que las de otras personas, y forman parte de la creación del Yo.
Así pues…. ¿A dónde nos vamos?